Esta actividad la han realizado los alumnos de Religión y Moral Católica de 2º de ESO. A partir de la lectura del libro de Rut han reflexionado sobre algunos valores en Europa.
En Europa, en los últimos tiempos, se están recibiendo numerosos inmigrantes y refugiados. Esto nos debe llevar a una reflexión profunda sobre los valores que Europa y los Europeos nos tenemos que plantear o replantear.
Nuestras raíces, incluidas las juedocristianas, nuestro ser origen de la reflexión filosófica, de la democracia y el derecho nos deben invitar a vivir los valors de los que presumimos.
Este trabajo, realizado por los alumnos de Religión Católica de 2º ESO, es una invitación a ello.
¡Aquí tienen nuestra reflexión !
Como conclusión , y después de una breve reflexión a partir de los
versículos de Rut, se trata de que la transmitamos a nuestras familias, a
nuestros amigos, a nuestros compañeros de trabajo, a todo aquel que, por un
motivo u otro, se acerque a nuestro lado.
Sabemos que no estamos solos, formamos parte de una gran comunidad, llamada Europa, a la que día tras día llegan muchos desde Oriente Medio, desde África, desde Latinoamérica..., con situaciones distintas, culturas diferentes, idiomas para nosotros a veces incomprensibles. Y vienen buscando un futuro mejor para ellos y sus hijos; vienen huyendo de guerras o desastres, del hambre y la miseria, de la falta de trabaji, de tanteas y tantas situaciones inhumanas que acechan hoy al ser humano.
Ante tanta adversidad, cabe preguntarse si los europeos vivimos los valores que tanto pregonamos.
¿Está viviendo este viejo continente lo que vivió en muchos momentos del pasado?
Recibimos gentes de otras culturas, de otros países, que engrandecieron nuestra cultura, con quienes convivíamos durante siglos aprendiendo unos de otros, compartiendo sabiduría y habilidades. Hoy quizá deberíamos ,irar hacia atrás, no como el poeta pensando que "cualquier tiempo pasado fue mejor", sino para, aprendiendo del pasado, forjar un futuro más humano y más humanizante, en el que nadie se sienta excluido y todos podamos aportar nuestro pequeño granito de arena para la construcción de un un mundo, de una sociedad, de una Europa mejor.
Ojalá de cada uno de nosotros se pudiera decir, como decía el profeta Isaías; ¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz!" (Is52,7)